Con el nacimiento de un nuevo bebé también surgen una gran cantidad de aspectos que causan inquietudes en los padres. El correcto funcionamiento digestivo en nuestros hijos es uno de esos aspectos que suelen ocasionar grandes dudas. Los primeros movimientos intestinales de los bebés y, por tanto, sus primeras evacuaciones, se llevan a cabo entre unos minutos a unas cuantas horas después del nacimiento o, incluso, durante el trabajo de parto.
Estas evacuaciones se conocen como meconio y se trata de la primera sustancia presente en el intestino de los bebés en desarrollo embrionario (o fetos). Esta sustancia suele ser verde, marrón, amarillo o negruzco. Los bebés que han nacido a término y se encuentran sanos suelen tardar entre 24 y 48 horas para expulsar por completo este compuesto. Por otro lado, los bebés prematuros tienden a presentar un retraso en el movimiento y expulsión del meconio.
Características del meconio
Rapoport y Buchanan (1950) indican que el meconio está formado por compuestos que el bebé obtiene al tragar líquido de la placenta. Entre los componentes de esta sustancia se ha detectado líquido amniótico, moco, bilirrubina, ácidos grasos libres, enzimas, células epiteliales muertas del bebé y lanugo, que es el vello que recubre el cuerpo de nuestros pequeños. Todo esto pasa a través del tracto digestivo para convertirse en una sustancia espesa y con alta viscosidad.
Inicialmente se creía que el meconio era una sustancia estéril, libre de bacterias comensales (no perjudiciales). Sin embargo, en algunos estudios se ha descubierto que tanto el líquido amniótico, como la sangre del cordón umbilical presentan bacterias, lo cual indica que los bebés no son completamente estériles. Con base en esto, investigadores como Jiménez y colaboradores (2008), han demostrado que el meconio de los bebés también posee poblaciones bacterianas.
De esta manera, del meconio de los bebés se pueden aislar entre 1 a 5 especies de bacterias distintas. Entre ellas, destacan especies de los géneros Enterococcus y Staphylococcus. Asimismo, se han detectado especies como E. fecalis, S. epidermidis y E. coli. Estas bacterias son comensales y completamente inocuas, es decir que no representan un riesgo para la madre o el bebé. Además, pasan de la madre al bebé junto a los nutrientes que esta provee por el cordón umbilical.
Relación entre la composición del meconio y el estado nutricional de los bebés
La composición del meconio, en especial de algunos compuestos minerales, permiten conocer el estado nutricional de los bebés al nacer. Haram-Mourabet (2013) indica en su investigación que la concentración de los elementos minerales en las primeras heces o meconio, tienen una relación con la edad gestacional y el peso de los recién nacidos.
Entre los nutrientes minerales que componen el meconio se encuentran el calcio, magnesio, fósforo, cobre, zinc, hierro y manganeso. Algunos de ellos presentan mayor concentración en bebés prematuros, lo cual indica que, en los bebés nacidos a término hay una mayor absorción de nutrientes en las últimas semanas de gestación, por lo que estos son más escasos en las heces.
¿Cuánto tardan los bebés en expulsar todo el meconio?
Algunos investigadores como Skelly y compañeros (2020), aseguran que el paso del meconio ocurre dentro de las 24 a 48 horas posteriores al nacimiento. Esto sirve como un indicativo de que los intestinos de nuestros hijos se encuentran permeables y en buen estado. La expulsión del meconio es una de las principales evaluaciones médicas realizadas por los pediatras neonatólogos o expertos en la salud del recién nacido.
El retraso en la expulsión completa del meconio y la producción de heces después de los dos días de nacido, pueden indicar algunas complicaciones relacionadas con el funcionamiento intestinal de los bebés, por lo cual es importante acudir a los primeros controles médicos. El consumo de algunos fármacos como sulfato de magnesio y drogas ilícitas por parte de la madres, pueden ocasionar también un retardo en la expulsión del meconio.
Complicaciones médicas relacionadas al meconio
La expulsión del meconio por parte del bebé no suele ocurrir dentro del útero. Sin embargo, cuando hay ruptura de las membranas fetales, es importante que se monitoree si el líquido expulsado presenta su coloración normal, que debe estar entre claro y lechoso. En el caso de que el líquido expulsado sea marrón o verde, se presume que hubo una expulsión del meconio en el útero durante el trabajo de parto. Cuando esto sucede, existen altas probabilidades de que el feto haya tragado líquido amniótico con meconio o, que este se haya introducido por las cavidades orofaríngeas.
Si en un parto existen estas señales, se debe involucrar a personal médico de reanimación neonatal, pues puede ocurrir el Síndrome de Aspiración del Meconio, el cual ocurre entre el 3 a 9% de los bebés nacidos a término. Por otro lado, la expulsión del meconio en el útero ocurre entre el 12 a 20% o incluso hasta el 40% de embarazos y se asocia a condiciones como insuficiencia placentaria, preeclampsia, oligohidramnios, infecciones periparto y el consumo de sustancias ilícitas como la cocaína.
Más información
Haram-Mourabet, S., Harper, R. G., & Wapnir, R. A. (1998). Mineral composition of meconium: effect of prematurity. Journal of the american college of nutrition, 17(4), 356-360.
Jiménez, E., Marín, M. L., Martín, R., Odriozola, J. M., Olivares, M., Xaus, J., … & Rodríguez, J. M. (2008). Is meconium from healthy newborns actually sterile?. Research in microbiology, 159(3), 187-193.
Rapoport, S., & Buchanan, D. J. (1950). The composition of meconium: isolation of blood-group-specific polysaccharides. Abnormal composition of meconium in meconium ileus. Science, 112(2901), 150-153.
Skelly, C. L., Zulfiqar, H., & Sankararaman, S. (2020). Meconium. In StatPearls [Internet]. StatPearls Publishing.
